Descubre nuestro próximo evento presencial AQUÍ
El amor propio es mucho más que un concepto moderno. El amor propio hace alusión al compromiso que tenemos con nosotros mismos, una relación profunda y positiva con quien eres. El amor propio implica reconocer y aceptar tus fortalezas y debilidades, abrazando tu autenticidad. Este vínculo esencial con uno mismo actúa como el fundamento sobre el cual construimos una vida equilibrada y satisfactoria. Querernos y aceptarnos tal cual somos, nos permite vivir de una manera mucho más relajada y sincera con nosotros mismos, y con todo nuestro entorno.
El amor propio florece a través de prácticas consistentes de autoconocimiento y autocuidado. Estas prácticas requieren de conocernos y darnos el espacio para realizar aquellas actividades que necesitamos para implementar un estado de bienestar. Establecer rutinas que aborden las necesidades físicas, emocionales y mentales, como la meditación diaria, el ejercicio y el descanso adecuado, nutre y asienta nuestra relación interna de bienestar.
El amor propio requiere de la aceptación de todas las situaciones que vivimos y reconocernos las buenas acciones realizadas. Una forma de practicar el amor propio implica celebrar los éxitos, grandes o pequeños, y aprender de los errores sin una autocrítica destructiva. Esta visión equilibrada y positiva fomenta la resiliencia y fortalece nuestra capacidad de crecimiento.
Aprender a decir “no” cuando es necesario y establecer límites saludables es un acto de amor propio. Conocer y reconocer nuestras necesidades y deseos, pasa por priorizarse y valorar la verdadera implicación que queremos tener con nuestro entorno. Respetar nuestras necesidades y prioridades contribuye a un equilibrio armonioso entre nosotros y nuestra vida cotidiana.