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La meditación y el mindfulness están directamente relacionados ya que ambas técnicas buscan conectar con nosotros mismos y nos aportan numerosos beneficios como la disminución del estrés y la ansiedad.
Tienen muchas cosas en común, pero si bien es cierto que la meditación y el mindfulness también tienen varias diferencias entre ellos.
La principal diferencia es que los objetivos de la meditación y los del mindfulness no son los mismos. Mientras la meditación busca la relajación plena y calmar la mente, el mindfulness persigue la atención plena y la conexión con el momento presente.
En la meditación llevamos la atención a un objeto de enfoque como puede ser la respiración, mientras que en el mindfulness la atención se centra en el momento presente. Aunque podamos conectarnos a él mediante ciertas ayudas como la observación de la respiración en ese momento.
El mindfulness se puede realizar en cualquier momento y lugar porque solo necesita ser integrado en la vida cotidiana. A través del mindfulness buscamos ser más conscientes de cualquier actividad por muy rutinaria que sea como, por ejemplo, andar o comer.
En cambio, la meditación necesita de un tiempo dedicado y se tiene que realizar en un lugar tranquilo para, mediante la práctica, ser capaces de encontrar la calma.
La meditación actúa más en el plano de la toma de decisiones y el reconocimiento de emociones, mientras que el mindfulness contribuye más a mejorar el rendimiento y a la resolución de conflictos.
Ambas herramientas comparten un objetivo común: el bienestar mental. A la vez que mejoran la concentración, favorecen el estado de ánimo y la autoestima.
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